Reconociendo la relación entre el medio ambiente y género a través del ecofeminismo

Por: Angélica Roldán Arias


Frente a una realidad palpable de desigualdad, los esfuerzos sociológicos nos han venido demostrando la existencia de una fuerte relación entre la actual problemática de género y crisis ambiental, para lo cual, el entendimiento de que ambos aspectos se encuentran interconectados representa una importante herramienta para transformar nuestra forma de relacionarnos como seres humanos y con la naturaleza.  


Conocemos que, desde el surgimiento de la vida en el planeta, diversos organismos se han originado a través de procesos evolutivos por la búsqueda constante de equilibro, en donde, la conformación de la especie humana puede definirse como una “especie auto-organizada a través de sistemas sociales, con capacidad de crecer, de respuesta, de homeostasis y en estado de intercambio constante con el ambiente circundante”. Poco a poco, estos sistemas se han concebido como una sociedad que dentro su convivencia ha perdido relaciones de igualdad en todos sus ámbitos, una sociedad perpetuada por un sistema de dominación de unos a otros. Como nos menciona Riane Eisler en su obra “El cáliz y la espada”, el registro de los modos de vida sociales del pasado manifiesta la existencia de sociedades con una dinámica de respeto de valores y cuidado de los ecosistemas. Sin embargo y sobre todo a partir de la división sexual del trabajo, la consolidación de un sistema de dominación androcentrista, es decir en donde se establece la visión del hombre como el “centro del mundo”, se ha impuesto sobre todo en funciones de dirección y liderazgo. Se ha atribuido a ello, la causa por la cual la representación femenina empieza a ser invisibilizada en la historia, y consecuentemente, la aparición de brechas que impiden la satisfacción de las necesidades básicas de forma equitativa. Así mismo, se ha manifestado una desconexión de los seres humanos con la naturaleza a través de su sobreexplotación, la cual presenta una mayor intensificación en periodos históricos como la industrialización. Estos ejercicios de poder, que pueden denominarse deshumanizantes, han sido interpretados como parte de un desarrollo inherente al ser humano, y por lo tanto se ha dado lugar a la normalización de los mismos.


Por esta razón, surgen las corrientes denominadas ecofeminismos, específicamente a finales de los años 70, para reconocer a este androcentrismo histórico como un eje de desarrollo que ha colocado en segundo plano a las mujeres y naturaleza en materia de derechos, puesto que se trata de problemáticas derivadas de la transformación y explotación de la tierra, símil al cuerpo y trabajo de la mujer.


En ese sentido, nos hemos visto influenciados e influenciadas por un sistema que continúa requiriendo la lucha por los derechos de las mujeres a través de la inclusión de la perspectiva o enfoque de género en todos los ámbitos: político, cultural, económico, académico. Igualmente, en los últimos años, nos encontramos presenciando los efectos de la degradación ambiental que nos anticipa, con urgencia, la necesidad de transformar nuestra concepción de desarrollo, principalmente a través de los devastadores efectos del cambio climático. Bajo este escenario, resultan necesarios los esfuerzos de la lucha ecologista y de la ingeniería enfocada al análisis de prevención y restauración de impactos ambientales, sobre todo al reconocer que actualmente los recursos son cada vez más limitados y que existe un enfrentamiento a la creciente demanda de los mismos. Evidentemente, este aumento en la demanda de recursos está ligado a un aumento drástico de la población, así como a nuestros patrones actuales de consumo, y de acuerdo con los lineamientos ecofeministas, la explotación de los cuerpos femeninos para la reproducción, sobre todo en escenarios de pobreza, representa un factor importante para el desencadenamiento de dicha sobrepoblación. Como se menciona, estas consecuencias derivan de tal concepción de desarrollo, de un sistema que conocemos como “sujeto-objeto”.


Ello nos lleva a pensar en el potencial del pensamiento ecofeminista para el aporte de nuevos modelos al integrar un doble compromiso: por un lado, la búsqueda de relaciones equitativas para lograr la igualdad entre los géneros, y por otro, la necesidad apremiante de conservar y preservar los ecosistemas, de integrar una “reconversión” ecológica. Las principales pensadoras ecofeministas como Vandana Shiva, comparten que nuevos modelos solo serían posibles a través de un cambio multidisciplinario en donde la participación de las mujeres sea transversal en la planificación de políticas públicas, y en donde la voz y decisión de las personas más afectadas por la degradación de los ecosistemas sea visibilizada. Es así entonces, que el cambio debería prestar especial atención a la concepción actual de lo que conocemos como sostenibilidad. El fin es abordarla desde una perspectiva más humana y menos mercantilista, sobre todo a través de una economía más realista, en donde se incluyan medidas como el análisis y la valoración de todas las implicaciones que conlleva producir un bien o servicio: cuantificar los impactos ambientales reales a través de un análisis del ciclo de producción; de la misma manera, modificar los patrones de consumo para dar lugar a una priorización de la economía local frente a la global, tomar medidas como la promoción de la equidad salarial y la revalorización de las actividades reproductivas y de cuidado de las personas y la tierra permitirían reducir estas brechas. Es menester mencionar que compartir el conocimiento no deja de ser una herramienta fundamental.


Resulta sencillo entender la teoría ecofeminista desde las propuestas y proyectos que permiten generar un espacio de interconexión entre ambas luchas. Tal es el caso del desastre nuclear en Three Mile Island que dio lugar, en 1980, a un congreso liderado por mujeres para llevar a cabo acciones de control y prevención de los desastres ambientales. Tomando como ejemplo a Ecuador, la organización de mujeres en resistencia “Sinchi Warmi”, que en lengua kichwa hace referencia a “mujer fuerte”, engloba a un grupo de lideresas que coordinan diversas actividades económicas como el proyecto “Warmi Muyu”. El proyecto se enfoca en la comercialización de artesanías elaboradas por mujeres defensoras del territorio local frente a actividades con potencial de destrucción masiva de ecosistemas con importancia hídrica. Estas iniciativas, como ellas defienden, permiten demostrar que existen alternativas económicas sostenibles y dignas para las mujeres de las comunidades locales.


Como estas propuestas, es necesario entender que la problemática de género y ambiental son la manifestación más clara de las consecuencias de nuestra visión actual del mundo. El surgimiento de nuevas estrategias que ajusten la política, economía y cultura, nos permitirá subsanar ambas problemáticas que a simple vista parecen no tener relación entre sí. Se trata de nuevas propuestas de acción, como un desafío, que alteren las bases en todos los ámbitos, para cuestionarnos y priorizar el cuidado y protección de la naturaleza y de todos los seres vivos como parte de la misma.


Porque somos organismos co-dependientes y eco-dependientes. Porque en algún lugar de la historia de la humanidad fue posible.




Autora: Angélica Roldán Arias (Cuenca, Ecuador) es Ingeniera Ambiental por la Universidad de Cuenca. En su tesis de grado abordó el tema “Relación entre la calidad del agua de la quebrada El Salado con el uso de suelo urbano y periurbano de la parroquia Baños, Cuenca, Ecuador”. Tiene interés en temas relacionados con la educación ambiental, consultoría ambiental, ecología y género. 



Bibliografía:

Ávila, A. 2020. Las organizaciones como sistemas sociales complejos. Consultado en junio de 2021, en: https://integracion-academica.org/vol1numero2-2013/25-las-organizaciones-como-sistemas-sociales-complejos

Fundación GAMMA. (2021). Género, Ecofeminismo y Sostenibilidad: Elementos de Convergencia y Enfoques. Taller Internacional Ecofeminismo y Sostenibilidad

Maria, M., & Vandana, S. (1993). Ecofeminism. Halifax: Fernwood.

RIANE, E. (1997). El Cáliz y la Espada. La mujer como fuerza en la historia.

Zein, Laila Fariha, y Adib Rifqi Setiawan. 2019. General Overview of Ecofeminism. preprint. Open Science Framework.





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