Conceptualizando el papel de la eficiencia energética en la arquitectura sostenible

No hay duda sobre la importancia de construir un entorno urbano sostenible que se adapte a las necesidades del ser humano, en términos de confort, que no sugieran un daño al ambiente. En este contexto, la arquitectura, mediante la eficiencia energética, hace posible que la comodidad de vivir esté relacionada con la minimización de consumo de recursos energéticos e hídricos, la contaminación del aire y el agua, la liberación de calor, la emisión de dióxido de carbono y metano en la construcción y diseño de edificios y viviendas.

La búsqueda de algo nuevo en la arquitectura se lleva a cabo en el contexto de los procesos estructurales globales en la cultura. Procesos que son provocados por la llegada de la era de la información, la formación de una sociedad postindustrial y los cambios climáticos naturales planetarios, con toda la variedad de formas de la arquitectura moderna. Las anomalías climáticas del planeta se han convertido en un desafío universal para la humanidad. El informe global de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 2011: “Ciudades y cambio climático: Direcciones estratégicas” afirma que, “a medida que la urbanización continúe, comprender los impactos del cambio climático en el medio ambiente urbano será cada vez más importante”.

El papel de las tecnologías en la creación de una arquitectura sostenible es enorme. Estas tecnologías se denominan ecológicas y se definen como “tecnologías innovadoras económicamente y seguras, las mismas que reducen el consumo de recursos y el impacto negativo en el medio ambiente mientras mantienen su eficiencia económica”. Los problemas ambientales afectan la arquitectura en todos los niveles. Los hogares consumen la mitad de la energía utilizada en el mundo desarrollado, mientras que el transporte consume la otra mitad. Las personas profesionales en la arquitectura no pueden resolver todos los problemas ambientales del mundo, sin embargo, pueden diseñar edificios para que su funcionalidad demande un bajo consumo de energía y también pueden influir en los esquemas de transporte a través de la planificación urbana.

El diseño y edificación sostenible es una industria que incluye la construcción y operación de edificios con un impacto ambiental mínimo. La tarea principal de la edificación sostenible es reducir el nivel de consumo de recursos (energía y materiales) a lo largo de todo el ciclo de vida de un edificio. Esto quiere decir, menos recursos desde la selección del sitio hasta el diseño, construcción, operación y demolición. Así, el resultado se reflejará en edificios en los que las actuales y futuras generaciones vivan cómodamente, teniendo en cuenta el progreso tecnológico.

La arquitectura sostenible tiene como objetivos minimizar el impacto negativo en el medio ambiente de los edificios, la eficiencia y moderación en el uso de materiales, energía y espacio para el desarrollo y el ecosistema en su conjunto. Mientras que, la eficiencia energética hace referencia al uso eficiente de la energía. Por ejemplo, un proceso o instalación es eficiente en términos de energía cuando consume menor cantidad de energía para realizar una actividad.

Con un análisis más profundo, la eficiencia energética permite reducir la intensidad energética, habituando a las personas usuarias a consumir lo necesario y no más, como también, fomentando procesos más eficientes a través de la aplicación de tecnologías innovadoras. La eficiencia energética se basa en la optimización de los procesos de producción y los procesos de energía, el uso de fuentes de energía renovables como la reducción de los combustibles fósiles, el reciclaje, entre otros. Desde un ejemplo más concreto, se puede contribuir a la eficiencia energética mediante la utilización de las horas diurnas para realizar las tareas que requieren más iluminación, apagando las luces y los dispositivos eléctricos cuando no se los esté utilizando, reemplazando electrodomésticos antiguos e ineficientes por aquellos que cumplan con normas de etiquetado para garantizar un bajo consumo eléctrico.

Por tanto, para conseguir mejores resultados, en cuanto al uso eficiente de la energía, en la arquitectura, debería tomarse en cuenta distintos puntos de vista correspondientes a los agentes que intervienen en este ámbito, por ejemplo: el lugar de la construcción, la disponibilidad de recursos y exigencias del cliente. Un ejemplo recurrente es intentar conseguir para un producto, sistema o material, un equilibrio adecuado entre costes, sostenibilidad, durabilidad, comodidad e inclusive estética. Para ninguno de estos factores es posible determinar con total certeza un valor, ya que dependen de apreciaciones más o menos subjetivas. Sin embargo, la legislación relacionada con la arquitectura sobre la eficiencia energética se limita a establecer marcos sectoriales con base a acuerdos internacionales, pero su verdadero cumplimiento está lejos de ser la solución al problema ambiental. En otras palabras, no basta con cumplir la ley, es necesario aplicar soluciones, mejorar las alternativas y socializarlas. Impulsar la eficiencia energética no significa comprometer la comodidad y la calidad de vida al disminuir el uso de la energía que usamos en nuestra vida diaria.

Mediante el análisis de las prácticas de construcción, la eficiencia energética y la arquitectura proporcionan una base para distinguir dos características principales de la arquitectura sostenible: la sostenibilidad y el uso de alta tecnología. Por lo tanto, se puede plantear una definición más concisa de arquitectura “arquitectura sostenible: arquitectura de alta tecnología orientada al medio ambiente”. De esta manera, se puede entender que el confort como resultado de la arquitectura sostenible incluye la armonización de factores sociales, económicos, estéticos y ambientales.

Las tecnologías energéticas utilizadas en arquitectura son efectivas en la protección del medio ambiente y, al mismo tiempo, brindan beneficios económicos tangibles al reducir el consumo energético, ahorrando tiempo en la construcción. En la construcción, la sostenibilidad implica la combinación armoniosa de técnicas arquitectónicas modernas, fuentes de energía alternativas y dispositivos de ahorro de energía asociados con la función principal de la instalación. En otras palabras, la eficiencia energética en la arquitectura juega un papel muy importante para la armonización de factores sociales, económicos, ambientales, territoriales y espaciales para el desarrollo de los asentamientos, además de la combinación óptima de técnicas de diseño arquitectónico, permitiendo la adaptabilidad a desafíos y riesgos naturales, climáticos y tecnogénicos.

“La arquitectura es una extensión del ser humano por su búsqueda constante del desarrollo, y en esta ocasión, busca el confort mediante la eficiencia energética sin comprometer a la naturaleza”. 

Por: Juliana Velastegui Orbe (Ambato, Ecuador)

Estudiante de Arquitectura

Voluntaria en TECHO Ecuador

Revisión, corrección y edición: Equipo Energy from Women

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