El sector energético desde la perspectiva del género: ¿Qué se está haciendo?

Según el informe emblemático de la UNESCO, denominado: “Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas (STEM)” (2019), solo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las STEM en la educación superior son mujeres.  


Tradicionalmente, ciertas carreras como ingeniería mecánica, ingeniería civil, eléctrica, entre otras, han sido consideradas, por la sociedad, como carreras destinadas para los hombres, por lo cual existía una baja presencia de mujeres estudiando en ellas ¿Por qué?


Una investigación de la Universidad de Chile, en su artículo denominado: “¿Por qué hay baja participación de mujeres en carreras matemáticas y de ciencias?” (2020) y, el Pacto de América Latina por la Educación con Calidad Humana, en su artículo: “La participación de las mujeres en STEM es baja: ¿Exclusión social o elección propia?” (2021), coinciden en que la baja presencia de las mujeres en STEM se debe a las expectativas sociales que incluyen los estereotipos de género y que influyen en el porcentaje de participación de las mujeres, en el nivel de confianza en sus habilidades para desarrollarse dentro de las áreas de STEM, así como, en su decisión de no continuar con la carrera.


En la actualidad, estos estereotipos van desapareciendo poco a poco, gracias a iniciativas, programas y proyectos de organismos internacionales, entre los que podemos mencionar, la Organización de las Naciones Unidas –ONU-, que, en julio del 2010, creó ONU-Mujeres, la entidad para la igualdad de género y empoderamiento de la mujer; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO-, que en 2015, lanzó el proyecto “SAGA (STEM and Gender Advancement)” con el objetivo de reducir la brecha de género en los campos de STEM en todos los niveles de educación e investigación; la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos –OCDE-, que en 2018, presentó la iniciativa “Paquete de Herramientas de la OCDE para Integrar como Aspecto Dominante e Implementar la Igualdad de Género”, con el fin de ayudar a los gobiernos a promover los objetivos y diseños de políticas públicas con perspectiva de género; y, la Red de Mujeres Unidas por la Educación –MuxED-, cuyo objetivo se enfoca en lograr  una mayor participación de las mujeres en las carreras de STEM. Estas iniciativas buscan erradicar los estereotipos de género presentes desde la educación hasta el ámbito laboral y social, aunque requieren incluir dentro de sus planes, acciones inclusivas que promuevan la participación de diferentes sectores y no únicamente de los gobiernos. Pero estas iniciativas no son más que la punta del iceberg, la igualdad de género es un largo camino que se recorre todos los días, paso a paso y trabajando en equipo.


Ahora bien, ¿cuál es la situación actual respecto a la participación de la mujer en el sector energético?


Desde hace algunos años, el sector energético está comprometido en la transición a sistemas energéticos más limpios y avanzados tecnológicamente, pero también en la inclusión de la mujer en el desarrollo de estos proyectos, desde diferentes áreas de conocimiento, que impulsen un objetivo global “una transición energética justa”.


En  la consecución de este fin, destaca el trabajo de organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo –BID-, el Banco de Desarrollo de América Latina –CAF- (antiguamente conocida como Corporación Andina de Fomento) y la Agencia Francesa de Desarrollo –AFD-, las mismas que han comprometido su esfuerzo en la construcción de un sector energético donde exista igualdad de género, que se traduzca en igualdad de participación, en derechos y oportunidades tanto para hombres como mujeres, es decir, que refleje el trabajo en equipo para contribuir al desarrollo de proyectos eficientes de cara a la sostenibilidad de los sistemas energéticos y para brindar un acceso de calidad a los servicios básicos de energía.


Por ejemplo, el BID, a través de su publicación “Género y energía: un tema de todos” (2018), señaló: “La igualdad de género puede ser un motor para inversiones de energía limpia más eficaces. Las mujeres a menudo, pueden jugar un papel importante como impulsoras clave de soluciones innovadoras e inclusivas. Como tal, se necesita una mayor participación de las mujeres en el sector energético para una transición exitosa hacia un sector más sustentable”. Así mismo, la Agencia Francesa de Desarrollo –AFD-, organismo comprometido en la lucha por la igualdad de género en todos los sectores y países en los que interviene, en su trabajo: “La AFD y el género: Rumbo a un desarrollo más igualitario” (2021), informó que en el año 2020, el 67,1% de los proyectos financiados por la agencia tienen perspectiva de género y señaló que: “(…) La desigualdad entre los sexos es factor de injusticias pero también de pobreza: frena el desarrollo económico y social. (…) Numerosos estudios han demostrado que la reducción de las desigualdades de género contribuye al desarrollo equitativo y sostenible de los países”.


Para concluir, es importante entender que las desigualdades entre las mujeres y los hombres tienen un origen sociocultural, y por lo tanto, pueden y deben ser modificadas. Sin embargo, éste no es trabajo de una sola persona u organización, sino que requiere de una colaboración entre diversas partes, tanto del sector público como privado, capaces de visionar que el desarrollo sustentable de un sector estratégico y económico se logra rompiendo aquellas barreras culturales y sociales que impiden el crecimiento equitativo y promoviendo el trabajo en equipo, un equipo con equidad de género, que cuente con los mismos derechos y oportunidades.


Por tanto, querida lectora, te invito a perseguir tus sueños, confía en ti y en tus habilidades y lucha hasta alcanzar tus metas; y, querido lector, te invito a ser parte del cambio, el que busca la igualdad entre personas con los mismos conocimientos, capacidades y habilidades para crear una sociedad más justa.




Por: Johanna Isabel Rodríguez Flores (Cuenca, Ecuador)

Ingeniera Comercial en Administración de Empresas

Máster en Sistemas Integrados de Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales, la Calidad, el Medio Ambiente y la Responsabilidad Social Corporativa

Cursando segundo año de la Carrera de Derecho

Profesional en Empresa Eléctrica Quito - Ecuador




Bibliografía:


Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO- (2019). “Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas (STEM)”. Recuperado de https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366649

Simonsen, E. (2020). ¿Por qué hay baja participación de mujeres en carreras matemáticas y de ciencias? Universidad de Chile. Recuperado de https://www.uchile.cl/noticias/166324/por-que-hay-menos-mujeres-en-carreras-matematicas-y-ciencias

Garduño, E. (2021). La participación de las mujeres en STEM es baja: ¿Exclusión social o elección propia? Pacto de América Latina por la Educación con Calidad Humana. Recuperado de https://palech.org/la-participacion-de-las-mujeres-en-stem-es-baja-exclusion-social-o-eleccion-propia/

Snyder, V., Hallack, M., Larrea, S. (2018). Género y energía: un tema de todos. Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado de https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/GENERO_Y_ENERGIA_UN_TEMA_DE_TODOS_BID.pdf

Agencia Francesa de Desarrollo –AFD- (2021). LA AFD Y EL GÉNERO: RUMBO A UN DESARROLLO MÁS IGUALITARIO. Recuperado de https://www.afd.fr/es/page-thematique-axe/igualdad-de-genero





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