Mi nombre es
Eneida del Socorro Gongora Sanchez. Nací en la ciudad de Villahermosa, Tabasco,
México, en una familia donde el trabajo y la perseverancia fueron valores
fundamentales. Desde temprana edad, mi curiosidad por entender cómo funcionan
las cosas y el impacto que tenemos en la sociedad me llevó a estudiar Economía
en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. A lo largo del camino, tuve la
fortuna de contar con mentores excepcionales (profesores, jefes, colegas,
amistades, líderes) y con el apoyo incondicional de mi familia, quienes me
enseñaron que debemos ser personas de bien, que seamos antes que parezcamos, y
que el conocimiento debe ponerse al servicio de los demás.
Mi recorrido
profesional comenzó en el sector privado, años más tarde en la Fundación
Empresarial Tabasco y posteriormente con empresas de servicios vinculadas a
PEMEX, donde comprendí la magnitud de los desafíos y oportunidades en el sector
energético mexicano. La experiencia adquirida en exploración y producción me
permitió participar en proyectos críticos para el país, trabajar con equipos
diversos, emprender en Perú con la empresa Zep-tech Geophysical y asumir mi
primera posición directiva para Latinoamérica por Geocenter de Colombia.
También tuve un paso positivo por el sector público en la Secretaría de Energía
de México. Posteriormente, en Wintershall DEA y actualmente en Harbour Energy
México, me he especializado en la planeación de proyectos costa afuera, la
gestión de comités técnicos y la supervisión de procesos de toma de decisiones
con múltiples actores.
Paralelamente,
decidí impulsar el liderazgo femenino en la industria como presidenta de
Women's Energy Network México desde 2023, organización de la que formo parte
desde 2018. Estoy convencida de que la equidad de género no es solo justa, sino
necesaria para el futuro energético. Liderar esta organización me ha permitido
crear redes de apoyo y espacios de diálogo para promover el talento de mujeres
profesionales en diversas áreas en Latinoamérica, además de brindar mentoría
para organizaciones internacionales y nacionales. Cada paso, evento y alianza
estratégica ha sido una oportunidad de transformar la cultura del sector y
demostrar que la diversidad multiplica soluciones y fortalece resultados.
No todo ha
sido sencillo. Enfrentar la resistencia al cambio y los estereotipos de género
representan retos personales y profesionales importantes. Aprendí a gestionar
la incertidumbre y el miedo, convirtiéndolos en motivación, estructura y
disciplina. Mi mayor logro no ha sido una sola meta alcanzada, sino la suma de
pequeñas victorias: romper barreras, construir equipos resilientes y ver cómo
otras mujeres ganan confianza y ocupan sus espacios en las organizaciones. Cada
fracaso me enseñó la importancia de la humildad y la adaptabilidad; cada logro,
la satisfacción de avanzar más allá de lo esperado.
Hay una
frase que siempre me acompaña: “Sé el líder que deseaste tener”, Simon Sinek.
Esta convicción ha guiado mis acciones y mi visión, tanto en proyectos
estratégicos como en iniciativas sociales. Crear entornos donde el aprendizaje
sea continuo y donde cada persona descubra su potencial ha sido mi meta más
duradera.
Hoy,
reflexionando sobre mi trayectoria, puedo decir con orgullo que he aprendido a
ver el cambio como oportunidad y la adversidad como lugar de crecimiento. Mi
consejo para quienes buscan avanzar o reinventarse es que no hay trayectorias
lineales: los senderos sinuosos y las bifurcaciones traen los aprendizajes más
valiosos. La autenticidad, la ética, el compromiso y la colaboración son las
herramientas más poderosas para transformar realidades.
Mi historia
es, ante todo, la suma de encuentros, desafíos y sueños compartidos. Invito a
quienes me leen a abrazar su historia, a reconocer sus logros e imaginar nuevas
formas de impactar positivamente a su entorno. Todo esto lo he logrado
acompañada de mis afectos verdaderos, y eso, para mí, es motivo de celebración.
Nota: La historia ha sido escrita por su protagonista.
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